Prólogo: Problemas de adolescentes.
Ugh… Las ocho y media de la mañana. Maldita sea,
¿Por qué tengo que vivir en un planeta como la Tierra? ¿No puedo vivir en
Júpiter? Ahí los días son más lentos. Por suerte no somos tan criminales como
para ser desertados a Mercurio. ¡Sería un sufrimiento! Miré el reloj de nuevo.
Pasaban los minutos. 8:35. Quiero dormir más.
Mi madre tocó la puerta de mi habitación y abrió. Me
tapé con la almohada. ¡No quiero ir a estudiar! Ella se fue a abrir la
persiana. ¡Demasiada luz! Mi madre, como suele hacer, me sacó la almohada y me
miró.
-John Wellichmith, es hora de levantarse…- Su
mandona voz de todos los días. ¿No puede ser peor?- o tendremos que esperar mucho
para entrar a Past Land Park.-
¿Past Land Park? ¿El parque de atracciones más genial,
para mí, del universo? ¿Es que tengo acaso excursión? Mi madre no estaba con el
traje típico suyo de oficina. Más bien iba con ropa informal, y sonreía. ¿Qué
está pasando? Esto es muy raro.
Miré el calendario. ¿Será el día de los inocentes?
Para nada. Estaba cansado. Mi madre se fue, ¡por fin! Me levanté. La cama se
guardó automáticamente. Me senté en el ordenador de mi habitación. “Bienvenido
señor John”. Siempre decía eso cuando lo encendía. Abrí dos ventanas virtuales.
Una para buscar información sobre que día era hoy y la otra para ver la página
de la escuela. “Señor, felicidades, es su cumpleaños”. ¿Mi cumpleaños?
Cerré la ventana virtual. Y me di una vuelta en la
silla flotante. Puse los pies en el escritorio. Una sonrisa salió de mi boca.
-Gracias, Sally, tomate el día libre.- Ya era todo
tan normal. Sally era el ordenador de mi casa. Era como otra persona en la
familia. Como una hermana más.
Escuché a mis hermanas una mayor y otra menor. Greta
y Lily. Seguramente discutiendo por la ropa que llevar. Siempre eran muy
aburridas. Preferían irse a la zona de atracciones tranquilas y como no, tenía
que ir con ellas por que mi madre se enfadaba si no íbamos en grupo.
Siempre eran las favoritas. Solo mi madre parecía
quererme cuando se acercaba el cumpleaños o llegaban las notas. Quizás por que
yo era el único de mi familia que las traía todas aprobadas. Hasta zootecnia
contemporánea se me daba bien. Aunque lo que más amaba era Historia del planeta
Tierra.
No era que la historia de Alfa 402 o Elenias era
aburrida, puesto que son mundos parecidos a la Tierra pero en otra Galaxia o
Sistema Solar. Solo que, en la Tierra hubo muchas cosas que me gustaron.
Piratas, guerras, tecnología… En fin, muchas cosas únicas.
¡Y pensar que hace nueve siglos se celebra el primer
contacto con otros mundos! Aunque… ¿Qué hubiese pasado si no se hubiese hecho?
Quizás sería mejor que ahora. No habría tanta gente. Tantos extraños.
Recuerdo
todavía el chico de Fanasta, un mundo bastante peculiar. El pobre era marginado
por los chicos de Aeoria. Tantos mundos. Tanto que recordar para el examen del
martes. ¡Más de doscientas galaxias!
Conocimiento Universal, esa asignatura era el
infierno de los estudiantes. Solo estorbaba. ¡Y no contemos con regiones y
países! ¡Geografía de la Tierra era un pétalo comparado con todo! Por suerte no
estudio en Neptuno o Agrisa. Eso era un lío.
Desearía saber como parar esto. Desearía volver en
el tiempo y evitar tantas cosas. Pero no se puede. Muchos avances existen pero
nada ni nadie ha logrado viajar en el tiempo. Mi padre, científico, participó
en el proyecto… Murió en el intento.
Por Sirius, mi madre me está esperando. No quiero
enfadarla. Mejor me visto rápidamente antes de que se la escuche gritar hasta
en la Luna.
Tras decidir que ponerme, que no era mucho la
verdad, bajé en el ascensor hasta la cocina-comedor. Mis hermanas seguían sin
llegar, algo que tranquiliza, pero a su vez me molestaba. ¡Íbamos a llegar
tarde!
Terminé las tostadas con sabor a moras de Neptuno.
Exquisito. Mis hermanas bajaron y se tomaron solo la taza de leche con
chocolate adelgazante. ¡Qué tontas! Tanto que “no eso no que engorda”, “Mi
cuerpo es sagrado” o “Todo lo que ponga “Adelgazante” es mejor…” Lo odio. Mi madre compra todo al gusto de mis
hermanas. ¡Qué ciegas! Ahora basta que pongan a un televisor “adelgazante” para
que se sienten a verlo.
Mujeres… A pesar de miles de años se vuelven más
complejas. ¿Cómo serían de antaño? ¿Gordas? Lo dudo. Los cuadros del museo
muestran lo contrario, en ocasiones, además de que en esa época se cuidaban
mejor sin tener tantos alimentos artificiales llenos de suplementos
vitamínicos.
Ya terminado el desayuno, nos sentamos en coche. Tan
silencioso que se podía oírnos respirar. Mi hermana con su música de ese
cantante de tan poco gusto. Como todos. No era voz, era falsa… Era voz
modificada para que parezca buena, ¿Dónde está la normalidad de la voz? Este
mundo está lleno de estafas…
Y yo lo voy a remediar.